¿Tienes dolor o rigidez en el hombro al levantar el brazo o al dormir de lado?
¿Has sufrido una tendinitis, una bursitis o una lesión en el manguito rotador que sigue molestando?
El hombro es una de las articulaciones más móviles —y más complejas— del cuerpo humano. Nos permite levantar, empujar, lanzar, alcanzar y sostener objetos… pero esa gran movilidad tiene un precio: una menor estabilidad.
Por eso, los dolores de hombro son tan frecuentes. Ya sea por exceso de tensión o movimientos repetitivos, una debilidad o desequilibrio en los músculos estabilizadores puede provocar dolor, rigidez e incluso pérdida de movimiento.
El hombro no suele doler por una sola causa, sino por una combinación de sobrecarga, debilidad y pérdida de control del movimiento.
En la mayoría de los casos, no hay un daño grave, sino una disfunción reversible que puede corregirse con trabajo progresivo.
Estas son las causas más frecuentes que observamos en consulta:
El reposo absoluto es el peor tratamiento posible para el hombro. La inactividad prolongada provoca pérdida de movilidad, debilidad y mayor rigidez.
En cambio, el movimiento controlado y progresivo es la mejor medicina.
Al realizar ejercicios adecuados, el hombro recupera su función, los tejidos se rehidratan y el sistema nervioso reduce su sensibilidad al dolor.
Empieza poco a poco, con movimientos sin dolor.
Fortalece los músculos posturales, activa el manguito rotador y trabaja la movilidad de la escápula.
La constancia es la clave: un poco de movimiento cada día vale más que una sesión intensa una vez por semana.
El Programa Hombro del Método Funcional fue creado para reeducar, fortalecer y estabilizar tus hombros desde casa, con un enfoque 100% basado en evidencia científica.
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