Cualquiera sea tu diagnóstico —lumbalgia, hernia discal, escoliosis o sobrecarga muscular—, siempre hay algo que puedes hacer para aliviar el dolor. Y los estiramientos son una excelente forma de empezar. Aunque por sí solos no corrigen los desequilibrios que originan el problema, sí ayudan a reducir la tensión muscular, mejorar la circulación y aliviar la rigidez que acompaña el dolor lumbar.
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5 estiramientos para la espalda en video
En este video te enseño 5 estiramientos sencillos y seguros para liberar tu zona lumbar y sentir alivio inmediato.
Son movimientos suaves, accesibles y eficaces tanto si pasas muchas horas sentado como si entrenas con frecuencia. Hazlos sin prisa, respetando tus límites y escuchando tu cuerpo.
⚠️ Recuerda: los estiramientos alivian el dolor, pero no corrigen el origen del problema. Para recuperar tu espalda de forma duradera, necesitas mejorar tu movilidad y fortalecer progresivamente los músculos estabilizadores.
El error más común: descansar demasiado
Una tendinitis, una protrusión o incluso una hernia discal no se curan con reposo absoluto. Al contrario: el reposo prolongado puede debilitar tus músculos y aumentar la rigidez.
La recuperación verdadera llega cuando corriges los desequilibrios musculares:
- activando los músculos que están inhibidos,
- liberando los que están demasiado tensos,
- y reaprendiendo a moverte sin miedo ni dolor.
Por eso, en el Método Funcional enseñamos a nuestros alumnos a fortalecer el cuerpo progresivamente mientras alivian sus dolores.
Si quieres comprender cómo hacerlo paso a paso, descarga nuestra guía gratuita para aliviar el dolor de espalda. Entender cómo funciona tu cuerpo es el primer paso para volver a entrenar sin dolor.
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La única regla con los estiramientos
Si un movimiento genera o aumenta el dolor, modifícalo.
- Reduce el rango de movimiento.
- Baja la intensidad o la velocidad.
- Si el dolor persiste, cambia de ejercicio.
No pasa nada si no puedes hacerlo todo desde el inicio. Tu cuerpo se adapta con el tiempo, se fortalece y mejora su tolerancia al esfuerzo. La clave está en hacer menos de lo que te hace mal y más de lo que te hace bien.
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