Los mitos sobre la espalda: hay muchos conceptos erróneos sobre el dolor de espalda. En este artículo, descubrirás 8 mitos sobre el dolor de espalda.

¡Cuéntame en los comentarios en cuáles creíste!

1) Los ejercicios para el dolor de espalda deben realizarse perfectamente

Cuando pregunto a los pacientes qué es lo más importante en lo que respecta a los ejercicios para la espalda, casi siempre se da la misma respuesta. Deben hacerse de la «manera correcta», y el fisioterapeuta debe estar ahí para corregir los errores.

Aunque esta idea parece sensata, no siempre es cierta. Muchos ejercicios se pueden hacer de diferentes maneras. La mayoría de ellos son inofensivos, incluso sin seguir las instrucciones habituales. Por supuesto, puedes sentir dolor, pero eso no significa necesariamente que te estés poniendo en peligro.

Una de las consecuencias que veo es que mucha gente es reacia a hacer sus ejercicios por miedo a hacerlos mal. El resultado es que los hacen de forma muy irregular. El enfoque no tiene éxito y los ejercicios se consideran ineficaces.

Es mejor hacer un ejercicio «mal» que no hacerlo por miedo a hacerlo mal.

2) Los deportes de impacto están prohibidos

Es normal tener miedo de volver a practicar ciertos deportes. Si sus deportes favoritos son bastante agitados, esto puede convertirse rápidamente en una fuente de frustración. Más allá del miedo, existen ideas erróneas sobre los deportes de impacto como el running.

¿Habrás oído que correr «te destroza la espalda» por el impacto? ¿Es esto cierto? No es cierto… Varios estudios lo han analizado. Las personas que corren regularmente tienden incluso a tener discos intervertebrales más sanos.

3) Si ya has probado las drogas y la rehabilitación, lo único que te queda para salvarte son las terapias alternativas

Un tratamiento fallido es siempre un momento de decepción, frustración y a veces incluso de temor por el futuro. Cuando los tratamientos convencionales (fármacos, rehabilitación, infiltraciones, cirugía) no parecen ayudar, es tentador probar terapias alternativas.

Por desgracia, es poco probable que la mayoría de las terapias alternativas le ayuden más allá del alivio a corto plazo. Dirás «¡por lo menos eso es algo!» Y tienes razón. Muchos terapeutas de la Medicina Basada en la Evidencia subestiman la importancia del alivio del dolor a corto plazo. Es una pena, ya que es el objetivo número uno de muchos pacientes cuando acuden a la clínica.

Las terapias alternativas, como la osteopatía, pueden satisfacer algunas de sus expectativas. Sin embargo, le aconsejo que analice detenidamente la rehabilitación que ha recibido hasta ahora. ¿Fue óptimo? Para aliviar el dolor y corregir la postura a largo plazo, los ejercicios adaptados a su situación siguen siendo el tratamiento más eficaz.

4) No te inclines hacia delante, es mejor doblar las rodillas

Uno de los conceptos erróneos más persistentes. Debes evitar inclinarte hacia delante y, en su lugar, doblar las rodillas. Es el equivalente a «ponte derecho» durante el movimiento. ¿Por qué esta idea es tan persistente? Porque parece que es cierto para mucha gente. Duele inclinarse hacia delante, así que simplemente evitas hacerlo.

Si no te duele, inclinarse hacia delante NO es un movimiento peligroso. Incluso para los discos intervertebrales. Si es doloroso, como con cualquier movimiento doloroso, te aconsejo que evites recrear el dolor durante un tiempo, hasta que tus síntomas mejoren. Poco a poco, tendrás que aprender a inclinarte de nuevo hacia delante sin desencadenar una señal de dolor.

Incluso en el caso de una hernia discal, inclinarte hacia delante no es necesariamente doloroso. El riesgo dependerá sobre todo de tus capacidades físicas actuales y del esfuerzo que realices: agacharse hacia delante para levantar un peso de 30 kg es muy diferente de agacharse para recoger una hoja de papel.

De hecho, el peligro no es el movimiento (en este caso la flexión hacia delante), sino la intensidad del esfuerzo (el peso levantado o el número de repeticiones del movimiento). Doblar las rodillas te permite desarrollar más fuerza, y por lo tanto ser más eficiente al utilizar más músculos. Esta es una buena solución en el caso de un esfuerzo que sería demasiado grande para la espalda sola.

5) Si el dolor aumenta, hay que operar

Las crisis de dolor son momentos estresantes. «¿Me he equivocado? ¿He dañado algo?» Esta idea errónea es que cuanto más intenso sea el dolor, más probabilidades hay de necesitar una intervención quirúrgica.

La decisión de operarse la espalda depende de muchos criterios. Además de la intensidad del dolor, se tienen en cuenta el tipo de dolor, la gravedad de la discapacidad, el estado de la columna vertebral y la experiencia del cirujano.

Se trata de una idea errónea que asusta y que aumenta la ansiedad y el miedo. Esto a su vez tiende a aumentar el dolor, lo que confirma que hay un gran problema, etc. El círculo vicioso está entonces en su lugar.

La intensidad del dolor no siempre está asociada a la gravedad del problema, ni a una posible lesión.

dolor de pie

Todos conocemos el dolor más intenso del mundo: cuando nos golpeamos el dedo pequeño del pie contra la pata de la mesa…

Afortunadamente, la intensidad del dolor fluctúa no sólo con el tiempo sino también con nuestro estilo de vida. La calidad del sueño, una actividad física regular y adecuada y una buena alimentación son factores esenciales para reducir el dolor.

6) Cuando te duele la espalda por hacer algo, te dañas la espalda.

¿Qué ocurre en tu espalda cuando sientes dolor durante un movimiento? Esta es una pregunta vaga, por supuesto, pero ¿cómo se imagina lo que está pasando en el interior?

Instintivamente, podrías pensar que algo peligroso está ocurriendo allí. Algo que se arruga, se daña, se roza o algo así. A ello contribuyen los discursos de algunos profesionales de la salud: «¡Cuidado con los movimientos, te vas a estropear la espalda!» Enciendes la televisión y te encuentras con un médico en un plató que te dice que inclinarse hacia delante es peligroso para los discos intervertebrales.

Todo hace pensar que el dolor significa que se está dañando la espalda. Sin embargo, la investigación científica ha demostrado desde hace tiempo que esto no es así. En el caso del dolor crónico, su sistema nervioso crea dolor mucho antes de que la situación sea realmente peligrosa. Como un airbag que se activa al pasar un badén.

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7) Me siento mejor después de haberme roto la espalda, ¡es bueno que haya tenido algo fuera de lugar!

Este es un razonamiento que encuentro a menudo en personas que se dedican a la terapia manual, o que se crujen la espalda por su cuenta. «Me hace hacer este movimiento (una rotación, por ejemplo) y pone la vértebra en su sitio. Entonces estoy bien durante quince días.»

Es tentador pensar que esto confirma que había algo que «devolver a su sitio». Especialmente si el alivio es significativo. Pero no es tan sencillo. Las manipulaciones parecen proporcionar alivio, especialmente a corto plazo, al calmar temporalmente el sistema nervioso y relajar los músculos que rodean la articulación.

Sin embargo, ninguna vértebra se mueve. Nunca. A menos que te caigas tres metros y acabes con varias fracturas… ¡entonces no necesitas un osteópata sino un cirujano!

mitos sobre la espalda

Para saber lo que pienso de la manipulación cervical lee este artículo.

8) ¡Te duele porque tu espalda está desgastada!

Seamos claros: los múltiples antecedentes de lesiones y dolores pueden contribuir al dolor actual (ver más : las causas del dolor de espalda).

Sin embargo, esta narración suele ser viciosa: «debido a lo que hiciste antes, no se puede hacer nada». El cuerpo se ve entonces como una máquina desgastada, lista para la chatarra. Esta idea es viciosa porque te despoja de cualquier esperanza de cambio.

Esto sin tener en cuenta la asombrosa capacidad de adaptación de tu cuerpo. Aunque muestre signos de desgaste, sigue siendo capaz de cambiar y adaptarse. Busquemos soluciones en el presente en lugar de fijarnos en el pasado.

Mitos sobre la espalda: conclusión 

Estas ideas se basan en una comprensión simplista y anticuada del dolor de espalda. A menudo se basan en la idea de que el dolor se debe a un problema mecánico o a un desequilibrio que puede corregirse.

Estos mitos también tienden a hacerte perder la confianza en tu cuerpo y a preocuparte. El objetivo de este blog es ayudarte a recuperar la confianza en tu cuerpo y empezar a moverte de nuevo sin dolor.

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5 Comentarios

  1. Ricardo Reyes

    Mucho tiempo padecí lumbalgia, hasta que en un trabajo donde tenía que cargar bolsas de hielo, me obligó a hacer flexiones para levantarlas y llenar un camión, al cabo de unos días el dolor desaparició por completo, ahora que tengo otro tipo de trabajo, continuo con las flexiones en casa simulando que recojo algo y lo pongo en una mesa. Activarse es la gran diferencia!!

    Responder
  2. Javier

    Excelente Julien! Gracias, todos en algún momento adherimos a alguno de estos mitos. Es un tanto liberador el artículo y muy esperanzador. En este preciso instante estoy dolencias así que tu artículo me ha venido como anillo al dedo! Gracias Julien!

    Responder
  3. Sergio

    tus aportes son buenísimos. Sigo todas las lecturas. Gracias

    Responder
    • Julien

      muchas gracias Sergio! claro que si voy a seguir!

      Responder
  4. Xochilt Hwrnández

    H9la tengo 55 años y me voy encorvando, me siento muy preocupada. El medico me dijo haxe añis quevtenía artritis? Es por eso?
    Que puedo hacer

    Responder

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